La vida de Jesús en Galilea se manifiesta en las dos grandes actividades que realiza: predicando en las sinagogas, de las aldeas cercanas, donde los sábados se reunían los judíos y expulsando a los demonios.
Aprendemos tres grandes actitudes de Jesús y que nos invitan a nosotros a también realizarlas en el día de hoy.
Ir a los lugares donde aun no se conoce a Jesús,o porque no han oído hablar de El o porque, y esto es más frecuente, se han olvidado de El. Solemos escuchar a muchos que ellos no van a Misa desde que hicieron la Primera Comunión. Sólo van a bodas y funerales, pero se suelen quedar fuera. Se llaman cristianos, pero desconocen a Cristo.
Llevar allí la buena noticia del Evangelio, que se refleje en nuestras palabras. Que siempre podamos decir aquello que Jesús nos diría. No se puede dar a conocer a Jesús si no hablamos de Él, si nos quedamos callados. Jesús puede ser, y es, un tema muy interesante; más que otros temas que nos llenan la boca (y la mente y el corazón) Guardamos lo menos importante y rechazamos lo que nos vale de verdad.
Y expulsar a los demonios. Mucha gente a nuestro lado sufre: se encuentran solos, nadie les hace caso, les faltan aquellas cosas que hacen que podamos vivir como personas, están enfermos, sufren pérdidas en las familias… sufrimientos hay muchos y variados. Estos eran los preferidos de Jesús, que no sean nuestros olvidados. Que no veamos en ellos a unos pobres desgraciados sino al Jesús que se nos presenta por medio de ellos.
