Una imagen muy común en la vida de Jesús: una gran muchedumbre de gente le sigue, va detrás de él buscando escuchar su Palabra y ser curados de sus enfermedades. Gentes que vienen desde el sur, donde se encuentra Jerusalén hasta la región de Tiro y de Sidón, que se encuentra ya fuera de Israel, en lo que hoy es la nación de Siria. Nos sería muy bueno que nosotros nos unamos a este grupo de gente, que seamos de aquellos que buscan en Jesús el sentido de su vida.
Todos van a tocarlo. Con ello buscan que la curación salga de Jesús hacia ellos. Cuando se acercó una mujer enferma a Jesús cuando se acercaba a ver a la hija del jefe de la sinagoga de Cafarnaún, que había fallecido. “He notado que una fuerza ha salido de mi”, dijo Jesús, cuando la mujer quedó curada.
Tampoco es extraña la imagen de Jesús que sube a la barca para que le sirva de púlpito para predicar su Palabra. Así podía ser escuchado por todos los que se le acercaban.
Ver a Jesús rodeado de gente y hablando a todos los que se acercaban, es un hecho que nos invita a que este domingo celebramos el “Día de la Palabra de Dios”.
La Palabra de Dios es palabra de salvación, la que nos cura de tantas enfermedades como vivimos, que nos lleva a caminos de felicidad.
Hay algo que nos une a las personas: nuestro deseo de ser felices. Pero también nos une el preguntarnos como podemos encontrar esa felicidad. Jesús es la mejor de las respuestas. Feliz día a todos.
