Este lunes, dos de febrero, nos encontramos con Juan el Bautista, que llama la atención de los sacerdotes y levitas del Templo de Jerusalén, que era el lugar de la presencia De Dios en medio de su pueblo.
Juan no es el Mesías, y lo reconoce ante aquellos que vienen a interrogarle. Solo es el que prepara el camino del Señor, que es el que nos traerá el bautismo que nosotros hemos recibido y que nos hace ser hijos de Dios.
El no es el importante, es un servidor del Señor llamado a preparar el camino del pueblo de Israel para que acepte al verdadero Mesías, a Jesús, el Cristo. (Cristo significa Mesías, el que nos trae la salvación). De Jesús el Cristo sale el nombre por el que le conocemos: Jesucristo.
Este trozo del evangelio nos invita a ir preparándonos para la celebración del Bautismo de Jesús y descubrir lo que significa, tanto para Jesús como para nosotros mismos.
El día 8 descubriremos el secreto.
Os añado a este texto una foto del rio Jordán, del lugar donde Jesús recibió el bautismo. El Jordan es el rio que separa / une a Israel y Jordania.